martes, 11 de octubre de 2011

QUIJOTINA




      No son todos ruiseñores
los que cantan entre flores,
sino campanitas de plata
que tocan al alba,
sino trompeticas de oro
que hacen la salva
a los soles que adoro.
                                                                                                                                       Luis de Góngora


o cambiando hasta tres veces la rima en la secuencia de versos impares de la siguiente canción infantil


EL BURRO EN LA ESCUELA
Una y uno, dos
Dos y una, seis.
El pobre burrito
Contaba al revés.
¡No se lo sabe!
-Sí me lo sé.
-¡Usted nunca estudia!
Dígame ¿por qué?
-Cuando voy a casa
no puedo estudiar;
mi amo es muy pobre,
hay que trabajar.
Trabajo en la noria
Todo el santo día.
¡No me llame burro,
profesora mía!


Gloria Fuertes



u otros que dando un paso más adelante lo han hecho por la via de estrofas no canónicas :


Una clara noche
de fiesta y de luna,
noche de mis sueños,
noche de alegría

 —era luz mi alma
que hoy es bruma toda,
no eran mis cabellos
negros todavía—,

el hada más joven
me llevó en sus brazos
a la alegre fiesta
que en la plaza ardía.

So el chisporroteo
de las luminarias,
amor sus madejas
de danzas tejía.

Y en aquella noche
de fiesta y de luna,
noche de mis sueños,
noche de alegría,

el hada más joven
besaba mi frente...
con su linda mano
su adiós me decía...

Todos los rosales
daban sus aromas,
todos los amores
amor entreabría.

             Antonio Machado





y usando unicamente verso blanco
(con acentuación en la 6ª sílaba, lo que confiere ritmo) :


Vino, primero, pura,

vestida de inocencia.
Y la amé como un niño.

Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes.
Y la fui odiando, sin saberlo.

Llegó a ser una reina,
fastuosa de tesoros…
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!

…Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!

                              Juan Ramón Jiménez


Las cuatro poesías mostradas poseen ritmo acentual que las investe de musicalidad.